El agudo retroceso educativo de México, reportado por la OCDE, es consecuencia de los intereses políticos, clientelares y populistas del régimen, el cual canceló la movilidad social y con ello condena a millones de niñas y niños mexicanos a sobrevivir en la pobreza, afirmó Marko Cortés Mendoza, presidente del PAN.
La caída en todas las áreas de aprendizaje reportada por la prueba PISA, agregó el dirigente panista, “es aterradora para el futuro del país, porque la educación de calidad es la herramienta más poderosa para superar la pobreza y mejorar las condiciones de vida. Sin educación no hay movilidad social”.
Consideró alarmante que México haya retrocedido 20 años en matemáticas y que, además, ocupe el último lugar en ciencia, “justo cuando este gobierno suprime las matemáticas en la enseñanza básica e incorpora a los brujos, hueseros y otros charlatanes en sus planes de salud”.
Cortés Mendoza añadió que la tragedia es muy grave, pero estaba anunciada desde el primer año del actual gobierno, cuando López Obrador ordenó a tres secretarios de Estado violar la Constitución para suprimir la reforma educativa, además de cancelar el 50 por ciento de los programas de la Secretaría de Educación Pública. Ahora se están cumpliendo los peores pronósticos.
Desde el primer día de su gobierno, López Obrador privilegió los acuerdos políticos y electorales con los sindicatos, por encima de la calidad de la educación.
Fue tanto el descaro que finalmente nombró como titular de la SEP a una militante de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, la CNTE, su aliada electoral, recordó.
De acuerdo con el dirigente de Acción Nacional las pruebas de la OCDE registran las consecuencias de suprimir una veintena de programas entre los que se encuentran las Escuelas de Tiempo Completo, quitándoles la comida a decenas de miles de niños indígenas; el Programa Nacional de Convivencia Escolar o el Programa de Atención a la Diversidad de la Población Indígena.
Cortés Mendoza sostuvo que, a juzgar por los resultados, la política del régimen en materia educativa es francamente criminal pues afecta a los más pobres, empobreciéndolos más; sin educación de calidad y sin un sistema de salud digna la marginación y la desigualdad social se harán cada vez mayor en nuestro país.
No sólo los alumnos, también los maestros la están pasando muy mal, porque el gobierno no les cumplió lo que les prometió. No hubo el prometido fortalecimiento de las escuelas normales, no se invirtió en el desarrollo profesional docente, no se premia la excelencia, la dedicación y la entrega del maestro, concluyó.