EFE.- El Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas se reunió hoy en sesión especial para discutir la situación de Birmania (Myanmar), en la que se condenó el golpe de Estado del pasado 1 de febrero, se pidió la liberación de los detenidos tras él, y se barajaron posibles sanciones internacionales.
“El golpe es ilegal en todos los sentidos y la comunidad internacional debe evitar reconocer a un régimen ilegítimo”, declaró en su intervención ante el Consejo el relator de la ONU para los derechos humanos en Birmania, Thomas Andrews.
El experto señaló que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas “debe considerar opciones antes usadas en situaciones similares, incluyendo sanciones, embargos de armas, prohibiciones de viaje y llamamientos a que intervenga la Corte Penal Internacional”.
“El Tatmadaw (Ejército birmano) debe volver a sus cuarteles y permitir reformas que acaben con la impunidad de sus líderes, primando el control civil sobre los militares“, agregó el relator, quien también pidió una convocatoria de emergencia de la Asamblea General de la ONU para analizar la crisis en el país surasiático.
La “número dos” de la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Nada Al Nashif, abrió la sesión advirtiendo que los acontecimientos actuales en Birmania “son un grave retroceso para el país tras una década de difícil transición democrática”.
Al Nashif subrayó que la actual crisis en Birmania “es hija de la impunidad, después de años de ausencia de control civil sobre los militares y de desproporcionada influencia de éstos en las estructuras políticas y económicas”.