A ESTRIBOR
Juan Carlos Cal y Mayor
Dos de los principales propósitos de la 4ta transformación no han podido concretarse. Más allá de la buena voluntad del presidente basta con ver los resultados. El pretexto es que heredó un país en un proceso de descomposición que tardará muchos años en revertirse y sus adeptos lo creen religiosamente. Es una buena manera de justificar la permanencia en el poder -haiga sido como haiga sido- al partido gobernante consolidando su hegemonía absolutista. Se trata de una especie de “refundación moral” para cambiar la forma de ejercer el poder distante de la opulencia y los privilegios de otras administraciones. Hacer de la austeridad -franciscana- una pauta de conducta que no todos emulan en la 4t.
VIOLENCIA
La receta para reducir la violencia no ha dado los frutos esperados, pero hay que esperar muchos más años, dicen. El avispero no se sosiega con abrazos. La estrategia es militarizar y al mismo tiempo revertir las causas partiendo de la idea de que estas tienen su origen en la pobreza. Ahí uno de los pilares que justifican la política asistencialista del actual gobierno. Esa política de estado no es nueva, viene de gobiernos anteriores con programas como Solidaridad creado por Salinas y Oportunidades continuada por los gobiernos panistas. Para lo que si ha salido efectiva es para cooptar votos.
REDISTRIBUCIÓN DE LA RIQUEZA
La insistencia dogmática se sustenta en la tesis de redistribuir la riqueza. En mantener con leyes draconianas un sistema de recaudación fiscal que apunta a la sien a los contribuyentes al tiempo que la economía informal es el pan nuestro de cada día. Profesionistas, comerciantes, agricultores, pequeñas y medianas empresas, se han convertido en la gallina de los huevos de oro para mantener al aparato burocrático y una política de estado que a la vez estigmatiza a las clases medias, pero también extorsiona o coquetea con los grandes capitales.
No hay un solo ejemplo, una sola prueba, de que apoyar a los pobres por más dinero que tributen los más ricos, haya resuelto el problema. En la práctica esos gobiernos terminan por ahuyentar a los capitales, depauperar a las clases medias, multiplicar la pobreza y crear una oligarquía gobernante que sostiene en el poder cancelando las libertades.
La dictadura chilena no comenzó con Augusto Pinochet sino con Salvador Allende. A ritmo acelerado y con el respaldo de Fidel Castro, Allende se convirtió rápidamente en un autócrata. Las medidas de su gobierno hicieron sucumbir a la economía. Pinochet se encontró con la disyuntiva de caer con Allende o tomar el poder poniéndose del lado de las fuerzas militares. No es ni será nunca lo deseable, pero no tiene comparación con las dictaduras de izquierda, las más sanguinarias de la historia.
LOS CHICAGO BOYS
Bajo Pinochet, un grupo de jóvenes adiestrados en economía por la escuela de Chicago implementó un modelo que convirtió a Chile en el país más próspero de América Latina en unos cuantos años. La fórmula fue una política de reducción del gasto fiscal, la reestructuración del aparato estatal y un control estricto del gasto público. Se bajaron los impuestos, se flexibilizó el mercado laboral y se desregularon y liberaron los controles en diversos sectores de la economía como la agricultura, el libre ingreso de inversiones y divisas y una reducción drástica de los aranceles aduaneros. Eso que maldicen como libre comercio pero que logró reducir la pobreza a menos del 10% sólo equiparable a países europeos. Hoy es gobernado por un presidente de izquierda y va camino a un franco retroceso.
BUKELE Y LA VIOLENCIA
Más recientemente el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, un joven con formación empresarial, heredó un país con el más alto índice de violencia en América Latina en por lo menos los últimos 20 años. Pandillas como la Mara Salvatrucha o el M-18 tenían asolado al país. Constituyen auténticos grupos delincuenciales asociados a las mafias internacionales. Bukele literalmente les declaró la guerra. Creó un estado excepción para evitar que un sistema judicial ya sea amenazado o sobornado los liberara objetando el debido proceso o la violación garantías. En menos de seis meses el ejército encarceló a unos 58 mil pandilleros y todos purgarán largas condenas dejando de ser un riesgo para la población. Ahora pasan semanas sin un solo homicidio y se respira paz. Toda una proeza a pesar de los señalamientos de los organismos internacionales de derechos humanos. Bukele tiene 95% de aprobación y emprende ahora inversiones en infraestructura, innovación tecnológica y apertura comercial.
SINGAPUR
En Singapur el PIB per cápita en 1960 era de $3,503 dólares, y en el 2018 ya era de $58 mil, uno de los más altos del mundo. ¿En qué consistió ese éxito? De nuevo: libertad económica, apertura comercial y financiera, impuestos bajos y regulaciones mínimas para el trabajo, el crédito y las empresas al tiempo de imponer el orden con medidas drásticas. Singapur es una ciudad-estado. Su territorio ocupa apenas 700 kilómetros cuadrados y solo tiene cinco y medio millones de habitantes. Los mismos que Chiapas, pero con una extensión 100 veces mayor. Así de pequeño, era el segundo puerto más importante del mundo y el centro financiero donde tienen su sede los grandes bancos e instituciones financieras.
Precisamente, y a causa de esa actividad económica, se desató una corrupción que parecía imparable. Los desfalcos de dinero eran cada vez más grandes con contratos amañados por la corrupción del Estado y de las empresas privadas. Lee Kuan Yew, un líder político que asumió el poder y gobernó durante 31 años, impuso sanciones severas, incluida la pena de muerte y los azotes públicos a políticos, funcionarios y empresarios corruptos. Se combatió el consumo y el tráfico de drogas y emprendió a la vez un ambicioso proyecto educativo enfocado al libre mercado, las nuevas tecnologías, pero también un eficaz sistema de salud.
EL ÉXITO DEL MERCADO
Más allá de Norteamérica, Europa o los países Nórdicos, hay muchos ejemplos en distintas partes del mundo donde el modelo de mercado ha tenido un éxito rotundo en cuanto a mejorar los estándares de vida de su población. El progreso ha tenido como base el libre mercado, pero la premisa es el orden, el combate a la corrupción y a la delincuencia. Sus funcionarios, empezando por sus presidentes, son los mejores pagados del mundo. El presidente de Singapur cobra unos 35 millones de pesos al año. No existe así ningún incentivo ni justificación para la corrupción, aunado a las penalizaciones.
EL FRACASO DE LATINOAMÉRICA
México y América Latina no parecen caminar por ese rumbo a consecuencia de un resabio cultural que nos mantiene en el atraso y la pobreza estructural. Nuestros gobiernos caminan por la izquierda con políticas estatistas sin considerar que han sido un fracaso a lo largo de la historia.
A ESTRIBOR
Juan Carlos Cal y Mayor | @jccalymayor