El Tren Maya destruirá de forma irreversible las grandes ciudades mayas de la península de Yucatán que son patrimonio mundial.
Esta es la advertencia que hace la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) sobre las consecuencias del proyecto emblema del presidente Andrés Manuel López Obrador, que busca atraer más turismo al sureste del país.
De acuerdo con una carta enviada por la Unesco al gobierno mexicano, y elaborada con información proporcionada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), las obras del tren provocarán daños definitivos y afectarán el valor universal excepcional de las ciudades mayas de Calakmul, Chichén Itzá y Uxmal.
El documento firmado por Lazare Eloudou Assomo, director del Centro del Patrimonio Mundial de la Unesco, detalla la preocupación de este organismo de las Naciones Unidas por el peligro que representa la obra para los tesoros culturales y ambientales.
Las alertas son directas: el trayecto del Tramo 7 del tren, que irá a la par de la carretera federal 186, partirá en dos la reserva de la biósfera de Calakmul. Según la Unesco, esto representa una “gran amenaza” para la fauna y la permanencia del bosque tropical de esta área.
La destrucción será tan importante que ni siquiera las medidas de mitigación planteadas por el gobierno federal funcionarán, indica el documento.
En Uxmal y Chichén Itzá, la Unesco señala que el paso del tren por la zona de amortiguamiento de estos patrimonios afectará los bienes arqueológicos.
El documento fechado el 31 de marzo del año pasado y del cual Latinus tiene una copia, urge al gobierno de López Obrador modificar el trazo del proyecto para disminuir el impacto ocasionado por las vías, estaciones y complejos turísticos que se instalarán en el recorrido de casi mil 500 kilómetros que están proyectados.
En esta revisión, la Unesco evaluó indicadores como la alteración del paisaje, la demanda de servicios, la contaminación, la sobreexplotación de recursos, el cambio en el uso de la tierra y en los estilos de vida de la población.
La llegada masiva de turismo es otro elemento de alerta. Para la Unesco, el aumento en el número de visitantes en las zonas patrimoniales, así como la expansión de la infraestructura turística, representan amenazas que van de moderadas a graves.
El INAH proyecta que Calakmul será visitado por 50 mil turistas en 2025, y que en una década la cifra alcanzará los 67 mil. La única solución que ha ofrecido el gobierno federal para reducir las afectaciones a las zonas arqueológicas de la península de Yucatán es limitar el acceso de turistas.
El gobierno del presidente López Obrador ha seguido con el proyecto sin importar las críticas y advertencias de organismos independientes como la Unesco.
El 4 de agosto de 2022, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) solicitó a la Secretaría del Medio Ambiente la documentación para iniciar la expropiación de 15 mil hectáreas del ejido Plan de San Luis, la mitad ubicado en la reserva de la biósfera de Calakmul.
De acuerdo con documentos de la Sedena, una parte de estas hectáreas de bosque tropical serán destruidas para dar paso a un hotel ecológico que contará con 30 cabañas.
La Unesco busca la conservación de estos espacios que considera únicos y que son parte de la lista de bienes de patrimonio mundial. Calakmul, Chichén Itzá y Uxmal se encuentran entre los sitios turísticos más visitados del sureste mexicano y son generadores de una derrama económica que supera los 2 mil millones de dólares anuales.
Con información de Julio Astorga | Latinus