El gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha demostrado ineficaz, indiferencia y machismo con las mujeres asesinadas en nuestro país desde su sexenio, pues hasta ahora, no existen estrategias dignas ni políticas públicas para erradicar la violencia contra la mujer, así como mejoras en las condiciones de vida de la misma.
Ni el Congreso, ni el Senado, que en su mayoría de los curules los ocupa Morena, han presentado propuestas para frenar la ola de violencia que vive el país, más, la descontrolada fosa clandestina de un México feminicida.
Un caso que ha indignado a la sociedad entera es la de joven Debanhi Escobar.
Una foto en la está parada a la orilla de una carretera fue la última en la que Debanhi Susana Escobar Bazaldua estaba con vida. La joven salió a una fiesta con sus amigas el pasado 8 de abril y jamás volvió a su casa. Ahora, después de 13 días de búsqueda, su cuerpo fue hallado en una cisterna de un hotel de pasoubicado en Monterrey. Pero aún no se sabe qué fue lo que le pasó a Debanhi.
Luego de que la Fiscalía de Nuevo León reportó el hallazgo de un cadáver de una mujer en el Motel Nueva Castilla, cerca de la zona donde la joven fue desaparecida, el padre de Debanhi Susana, Mario Escobar Salazar, acusó a las autoridades locales de incompetencia y solicitó que la Fiscalía General de la República atraiga el caso.
La noche de este 22 de abril la Fiscalía proporcionó más detalles sobre el caso. Informó que Debanhi murió a causa de una contusión craneal profunda, es decir, un fuerte golpe en la cabeza, y aseguró que todavía no se descarta ninguna línea de investigación.
Este caso no es una rareza en un país ingobernable, sino una constante en el gobierno de López Obrador.
Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, el mes de febrero asesinaron 82 mujeres, al siguiente mes, en marzo, se tuvo registro de 73 mujeres asesinadas en el país, mientras que López Obrador afirmó que hubo una diminución del 34% en el delito de feminicidio.
La mañanera de este lunes 25 de abril, el presidente no habló ni 10 minutos de los feminicidios en el país, al contrario, atacó y violentó a un periodista por enésima vez.
En las conferencias presidenciales no se hablan de las desapariciones, ni de los casos impunes o en su caso, de los que ya hay justicia, no se hablan de las muertes sin catalogar ni muchos de cómo funcionan las supuestas estrategias de seguridad pública en este tema.
Los números de mujeres asesinadas incrementa ante la inhábil respuesta de un gobierno, que según, es cercano al pueblo.
