EN LA MIRA
Hector Estrada
Algunos de ellos llevan tres años varados en Tapachula sin poder avanzar hacia la frontera de Estados Unidos o regresar a su país. Son los miles de haitianos que se mantiene en refugios temporales, espacios públicos y calles de la ciudad ante la negativa del Instituto Nacional de Migración (INM) para permitirles su desplazamiento hacia el norte del país o iniciar algún proceso de repatriación real.
Esta semana sus protestas recobraron fuerza. Aseguran que su estancia ahí en insostenible. Ya no tienen dinero para su alimentación y no hay trabajo para todos ellos dentro del perímetro permitido para poder movilizarse. Insisten que su intención nunca fue quedarse en México y generar molestias entre la población. Su destino siempre ha sido Estados Unidos, pero quedaron retenidos en un “cerco migratorio mexicano interminable”.
Según estimaciones de organizaciones de ayuda y protección al migrante en la frontera sur de México, actualmente se estima la presencia de hasta 120 mil migrantes en los municipios fronterizos de Chiapas, 30 mil de ellos son haitianos. Su presencia se ha elevado durante los últimos tres años debido aumento de la migración haitiana y al endurecimiento de las políticas migratorias que no menguó con la salida de Donald Trump.
La inestabilidad que vive actualmente Haití, complicada aún más desde el asesinato de su presidente Jovenel Moïse, el pasado 7 de julio, ha disparado la salida de ciudadanos haitianos. La mayoría de ellos usan la ruta de Venezuela o Colombia para iniciar su recorrido hacia Estados Unidos, pero México se ha convertido en un “embudo” complicado, provocando que hoy uno de cada 10 migrantes indocumentados en la frontera sur mexicana sean de esa nacionalidad.
La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) dio a conocer recientemente que la dilación de los trámites se debe a la numerosa cantidad de solicitudes, pero también a las complejidades que conlleva entrevistar a cada uno de los migrantes. Y es que, en el caso de los haitianos la mayoría de ellos no habla español, por lo que se necesita utilizar a traductores.
“Es necesario entrevistar personalmente a cada uno de los solicitantes para registrar las razones de su petición (de refugio)”, dijeron tajantes las autoridades de la COMAR en sus más recientes declaraciones a medios. El interés de la mayoría es poder seguir su recorrido. Sin embargo, la dependencia mexicana ha aclarado ya que el documento tampoco les autoriza el tránsito legal por todo el país.
La saturación en las estaciones migratorias, la negativa para permitir su paso hacia la frontera norte de México y la falta de condiciones para repatriarlos a Haití han generado un fenómeno de deportaciones simuladas en la zona, llevando a muchos de los migrantes que no cumplen las condiciones de estancia hacia el Puerto Fronterizo Talismán, dentro en la línea limítrofe entre México y Guatemala, para dejarlos ahí, y luego ellos mismo puedan regresar por su cuenta a Tapachula, en un círculo vicioso interminable.
Sin embargo, la situación parece estarse complicando aún más. Desde hace un mes aproximadamente los contagios de Covid-19 entre los migrantes haitianos varados en Tapachula se han incrementado de manera preocupante. Así lo dieron a conocer las propias autoridades mexicanas de migración. Por eso la petición desesperada de vacunas hecha por los propios migrantes haitianos en las manifestaciones de esta semana.
El drama que actualmente viven los haitianos en Chiapas es un asunto bastante complejo. Se han quedado estancados en Tapachula contra su voluntad a razón de modelos de control migratorio bastante convenientes para el gobierno de los Estados Unidos. La encrucijada del gobierno mexicano para complacer a los vecinos del norte y mantener en lo posible sus políticas humanitarias han convertido a México un gran centro de retención simulada, donde “no hay rejas de retención” pero tampoco es posible seguir la ruta de destino… así las cosas.
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Hector Estrada | @HectorEstradamx