EFE.- Tres ultraderechistas franceses fueron condenados este viernes a penas de prisión por un complot para apuñalar al presidente, Emmanuel Macron, dentro de un plan para atacar a migrantes y cargos electos.
El número dos del grupo, Jean-Pierre Bouyer, fue sentenciado a cuatro años de prisión, uno de ellos exento de cumplimiento bajo ciertas condiciones, y no ingresará en la cárcel teniendo en cuenta el tiempo pasado en prisión preventiva.
Otros dos acusados recibieron penas menores, todos ellos por asociación de delincuentes con fines terroristas. Un cuarto encausado fue condenado por posesión y venta ilegal de armas.
Nueve acusados fueron absueltos dentro del proceso a un pequeño grupo de ultraderecha conocido como “los Barjols“, que fue desmantelado cuando preparaba un plan para apuñalar a Macron con un cuchillo de hoja cerámica, material que elude los detectores de metales, durante un acto público en noviembre de 2018 en el noreste del país.
Sin embargo, Bouyer y otros miembros del grupo estaban siendo vigilados por agentes de la Dirección General de Seguridad Interior (DGSI) que alertaron del plan.
La abogada de Bouyer, Olivia Ronen, lamentó a la radio pública France Info que la pena contra su defendido “está en total disonancia con las acusaciones”, lo que en su opinión confirma que “los hechos que se le reprochan, la idea de asesinar a Emmanuel Macron, no se sostiene en absoluto”.
En abril del 2022 una persona le lanzó a Emmanuel Macron lo que parecieron ser tomates, la cual no logró alcanzarlo.
Macron estaba paseando por un mercado bullicioso y atestado al noroeste de París cuando alguien le lanzó una bolsa azul de plástico llena de frutos rojos y anaranjados. La bolsa no alcanzó al mandatario, pero dio en el hombro de dos hombres que estaban a su lado.
Macron no pareció darse cuenta de lo sucedido hasta que alguien entre la multitud gritó “proyectil” y sus guardaespaldas alzaron los brazos para protegerlo.
Una persona abrió un paraguas para escudar al mandatario y los guardaespaldas lo llevaron rápidamente a uno de los puestos del mercado. Macron estuvo allí unos minutos hasta que se calmó la situación.