AP.- Xavier Becerra, el nominado del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para secretario de Salud, está recibiendo críticas de los republicanos por sus acciones en apoyo al derecho al aborto. Quieren definirlo a él, y a la nueva administración, como fuera de la corriente principal.
La nominación de Xavier Becerra enfrenta una votación clave el miércoles en el comité de Finanzas del Senado. También es una prueba para los grupos nacionales que se oponen al aborto, que intentan negarle a un presidente que favorece el derecho al aborto su elección para ser titular del Departamento de Salud y Servicios Humanos.
Becerra está pagando un precio por defender, como fiscal general de California, algunas de las leyes y políticas más liberales del país sobre el derecho al aborto.
“Esto demuestra que las políticas de aborto de California son lo suficientemente progresistas como para que estar asociado con ellas es algo que los legisladores antiaborto quieren descalificar para un puesto en el gabinete”, dijo Mary Ziegler, profesora de derecho en la Universidad Estatal de Florida, que se especializa en la Historia legal de la reproducción.
A nivel nacional, el tema del aborto parece estar cambiando. Los legisladores de 19 legislaturas estatales han presentado casi 50 proyectos de ley este año para prohibir la mayoría o todos los abortos, según el Guttmacher Institute, que no es partidista. En Carolina del Sur, el gobernador republicano Henry McMaster firmó una medida que prohíbe la mayoría de los abortos, aunque fue suspendida casi de inmediato por un juez federal.
Los opositores al aborto esperan que el litigio sobre una ley estatal llegue a la Corte Suprema, que ahora claramente se inclina hacia la derecha. Podría servir como un vehículo para revocar la decisión Roe v. Wade, que legalizó el aborto. Sin embargo, a pesar del aumento de la actividad estatal, la realidad política subyacente es engañosa.
Durante las elecciones de 2020, aproximadamente 6 de cada 10 votantes dijeron que el aborto debería ser legal en la mayoría o en todos los casos, según VoteCast, una encuesta en profundidad del electorado estadounidense realizada por NORC en la Universidad de Chicago para The Associated Press. Aproximadamente el mismo porcentaje de republicanos dijo que elaborto debería ser legal, mostró la encuesta.
Becerra, de 63 años, fue un voto demócrata confiable a favor del derecho al aborto durante más de 20 años representando a un distrito del área de Los Ángeles en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos. Pero no era una voz destacada. Sus problemas eran la inmigración, el acceso a la atención médica y la educación.
Las percepciones cambiaron después de que Becerra fuera nombrado fiscal general de California en 2017. Demandó a la Administración Trump por sus restricciones al aborto, aunque su oficina dice que sólo cuatro de las 124 demandas que Becerra presentó contra la administración anterior se referían al aborto, el control de la natalidad o los derechos de conciencia, temas clave para los conservadores religiosos.
Becerra fue hasta la Corte Suprema de Estados Unidos para defender una ley de California que requería que los centros de crisis de embarazo proporcionaran información sobre elaborto, y perdió.
