EN LA MIRA
Hector Estrada
El anuncio hecho hace unos días por el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, sobre la designación del director general del IMSS, Zoé Robledo Aburto, como enlace directo y responsable de la estrategia de vacunación federal contra la Covid-19 en Chiapas desató una inevitable cascada de especulaciones e interpretaciones sobre supuestos reemplazos de atribuciones, desplazamientos políticos y hasta desencuentros con el gobierno estatal que parecen bastante aventurados.
Pero, entonces, ¿por qué Zoé Robledo fue enviado a Chiapas por el propio mandatario federal para atender el tema de la vacunación si el asunto está en manos de la Secretaría de Salud estatal? ¿La decisión tomada para la entidad chiapaneca es un asunto de excepción dentro del gobierno federal? o ¿existe realmente un desplazamiento de atribuciones por parte del gobierno de la república para asumir el control en Chiapas?
Lo cierto es que el envío de Zoé Robledo a Chiapas no tiene ninguna particularidad, ni significa una confrontación con el gobierno de Rutilio Escandón. La encomienda a Zoé forma parte de una estrategia federal que inició el pasado 17 de junio con el envío de la hoy secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez Velázquez, a Baja California para iniciar el proceso de vacunación masiva en la frontera norte mediante la aplicación de 140 mil dosis por día.
Sin embargo, Rodríguez Velázquez, una de las funcionarias más cercanas a López Obrador dentro de su gabinete, tampoco fue la primera emisaria del gobierno federal en condiciones similares. Ya antes el presidente de la república, en medio de la actual pandemia, tomó decisiones parecidas enviando a la entonces legisladora Tatiana Clouthier a Nuevo León, Alex Peña a Jalisco y Susana Harp a Oaxaca para servir como “coadyuvantes” del gobierno federal en esas entidades.
Esa es justo la encomienda dada al director general del IMSS en la frontera sur del país. No hay de fondo una intención fiscalizadora o de reprimenda contra el gobierno estatal. Por el contrario, dicen los rumores de pasillo en palacio de gobierno estatal, que la decisión se convirtió en “aire puro” para las autoridades de salud en Chiapas debido a la agilización en el envío de lotes y la interlocución directa que Zoé representa con el gobierno de la república.
La experiencia con el proceso de vacunación al sector magisterial, realizado durante el pasado mes de abril, en la que también participó Robledo Aburto como enlace federal en Chiapas, dejó buenos resultados y mejores relaciones con las autoridades locales. Ejemplo de ello es el avance del proyecto para la construcción del nuevo hospital de tercer nivel del IMSS para la región sur-sureste que se realizará en Tuxtla Gutiérrez, y que actualmente “se cocina” mediante un trabajo coordinado entre el gobierno de Escandón y la dependencia a cargo de Zoé.
Aunque resulta bastante atractivo y redituable mediáticamente generar una rivalidad política entre ambos frentes, la realidad es que actualmente existe una buena relación, incentivada por el mismo Andrés Manuel López Obrador para facilitar un trabajo colaborativo entre ambas figuras que, está de más decirlo, son dos de los personajes chiapanecos más cercanos al presidente de la presidente de la república, que por cierto ya hace planes para su 4T en los relevos del 2024.
No, aunque a algunos gustaría que fuese realidad, no hay remplazos políticos, desplazamientos de poder o desencuentros de por medio en este caso. Este jueves a las 7:30 de la mañana arribará al Aeropuerto Ángel Albino Corzo el lote de vacunas contra la Covid-19 más grande que se haya enviado a Chiapas, por lo que no les sorprenda ver a todos los imputados en el escándalo de las presuntas rivalidades sin el menor empacho de discordia… así las cosas.
EN LA MIRA
Hector Estrada | @HectorEstradamx