REALIDADES
Octavio Chanona
“Voy a perder mi ojo”, fue el grito de desesperación de un obrero vilmente reprimido junto con 5 mil más por parte de la Marina y Seguridad Pública en la refinería en Dos Bocas en Tabasco.
5 mil trabajadores de la empresa ICA Flour que laboran en Dos Bocas, insignia del gobierno de la cuarta transformación, que por cierto, nos está costando carísimo (costó 11% más, con una inversión total de 8,900 millones de dólares, superando el tope de los 8,000 millones que se habían planteado al arranque de la obra), se fueron a paro laboral para exigir mejores condiciones.
Sí, los obreros, la gente trabajadora, paralizó labores desde el martes 12 de octubre con una sola exigencia: mejores condiciones laborales. La inconformidad reside en que los encargados de la obra los hacen trabajar horas extra sin querer pagarlas y hay quienes afirman que han recibido amenazas de despido, pero que presuntamente se trata de una estrategia para no pagarles el aguinaldo.
Pues este paro de labores no le agradó mucho a Octavio Romero Oropeza, director de Petróleos Mexicanos y mucho menos al presidente Andrés Manuel López Obrador, quienes en un arranque visceral, mandaron la mañana de este miércoles 13 de octubre a elementos de la Secretaría de Marina y de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana con ayuda de elementos locales, impedir el ingreso de los trabajadores a la obra con grupos antimotines.
Los obreros al llegar, fueron brutalmente reprimidos con gases lacrimógenos y con detonaciones de arma de fuego… sí, con todo y balas los callaron, los reprimieron a sangre fría. Mucho heridos y algunos de bala en cuestión de segundos. Las imágenes son espantosas.
El gobierno más humanista se convirtió en un miserable represor al estilo del la matanza del Jueves de Corpus o Masacre de Corpus Christi, llamada también El Halconazo, por la participación de un grupo paramilitar identificado con el nombre Halcones un 10 de junio de 1971.
Como siempre, el gobierno no tiene la culpa y se lava las manos minimizando la gravedad del asunto, mientras balean a más de 5 mil obreros en Dos Bocas, el presidente Andrés Manuel López Obrador lo cataloga como un conflicto entre lideres y que solo fue un “grupito”, como lo declaró Rocío Nahle, titular de energía.
Pues ese “grupito” que solo exigían mejores condiciones fue víctima del abuso de poder orquestado desde presidencia para subordinar a la clase trabajadora.
El gobierno más humanista se convirtió en un miserable represor. Imperdonable.
La Secretaría de Marina y de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana no actúan ni proceden sin orden presidencial, sin conocimiento del presidente. Los titulares esperan luz verde del mismo Jefe de Estado para actuar. Un claro ejemplo es el “Culiacanazo” cuando Andrés, ordenó el operativo contra el Chapito y su vez, su liberación.
Andrés Manuel López Obrador sabía lo que iba a pasar, por eso la represión fue por la mañana justo cuando él daba su conferencia de prensa, porque el señor sabe poner la agenda informativa del día. Mientras en Tabasco violentaban a trabajadores, él habla de otro temas para despistar al enemigo… y así fue.
No solo fue en Dos Bocas, lo es todos los días en el sur del país, donde el Instituto de Migración usa las fuerzas más crueles juntos con la Guardia Nacional para bloquear y agredir a los migrantes centroamericanos.
En Palacio Nacional vive un presidente paranoico, donde lo ha llevado a ver conspiradores en donde no los hay, un presidente que tiene un dejo de improvisación y de irresponsabilidad grandísima.
Puedo decir que Andrés tiene también cortoplacismo, pues lo importante en su gobierno es tener respuestas inmediatas que alivien o den una sensación de alivio al pueblo más no hechos, ni acciones, ni logros y en su caso, opresión, persecución y subordinación absoluta.
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Octavio Chanona | @OctavioChanona_