Opinión | Migración, la raíz del problema

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A ESTRIBOR
Juan Carlos Cal y Mayor

Hace unos 15 años participé en una comitiva que tenía como propósito atender a la entonces comisionada del Instituto Nacional de Migración, Cecilia Romero, en su visita al puente internacional entre México y Guatemala dividido por el rio Suchiate, muy cerca de Tapachula. El asombro fue notorio. Mientras unos pasaban de largo, otros hacían escala en la caseta migratoria a mitad del puente. Se podía cruzar a Guatemala desde México y regresar sin mostrar un solo documento de identidad.

Lo que se observa a ambos costados es impresionante. Un fluido trafico de personas en balsas hechizas que van y vienen por cientos a lo largo del día. Se transporta no solo a un sinnúmero de personas, sino todo tipo de mercancías incluyendo bidones de gasolina. Estos últimos se comercian en función de la variación de precios en los combustibles a ambos lados de la frontera. A veces la gasolina es más barata en Guatemala o viceversa. Eso lo saben todos los habitantes de la frontera. El flujo de ilegales ha sido costumbre en esa zona y nadie se dice sorprendido. Hay contrabando, prostitución y trata de personas.

IMPORTANCIA DEL COMERCIO FRONTERIZO

Ese comercio entre ambos lados de la frontera es equiparable, con sus debidas proporciones, al de la frontera norte, solo que sin los controles de la Border Patrol y los pasos legales que vigilan estrictamente las autoridades norteamericanas. El comercio fronterizo en el caso de la costa chiapaneca y la meseta Comiteca es de gran importancia para la economía local. Muchos Guatemaltecos abarrotan hoteles y centros comerciales. Lo mismo pasa en Comitán. Mucha de la mercancía que se comercia del lado guatemalteco se compra en México. Su paridad cambiaría les favorece en la adquisición de diversos productos.

FRONTERA POROSA

He tenido la oportunidad de recorrer toda la frontera, desde el Suchiate hasta Tabasco durante un sobrevuelo de supervisión de monumentos y mojoneras que delimitan los límites internacionales. No hay más que eso. La gente pasa de un lado a otro como Juan por su casa. Hay pequeños poblados en donde la línea divisoria atraviesa por la mitad. Me han contado que parte del ganado vacuno que Chiapas comercializa como si fuera criado en acá, al resto del país y los EU, proviene de Centroamérica y se introduce en pie a nuestro territorio. Cero controles sanitarios y cero inocuidad. Por ahí circula de todo lo que usted se pueda imaginar.

AL GATO Y AL RATÓN

Esa ha sido la realidad desde hace muchos años. Un juego de al gato y al ratón donde las autoridades fronterizas apenas alcanzan a detener a unos cuantos en la estación migratoria para luego repatriarlos siendo que muchos de ellos lo vuelven a intentar una y otra vez. Los grupos Beta prestan auxilio a los migrantes mientras que los agentes los persiguen. Por si faltaba más, aparte del dinero que pagan a los polleros también son víctimas de asaltos, extorsiones, violaciones, secuestros y asesinatos. Muchos de ellos son patrocinados por sus familiares que ya viven en los Estados Unidos. Por eso, aún siendo tan pobres, portan ocultas cantidades en dólares que reparten a lo largo de su travesía por México. La famosa “bestia”, el tren que parte de la costa hasta la estación de lechería en Edomex pasando por varios estados, lleva cientos de polizontes a la vista de todos. Son cientos de miles los que han llegado por años en esa vía a los Estados Unidos cruzando nuestra frontera.

POLÍTICA MIGRATORIA

Con el cambio de gobierno y en una actitud pretendidamente solidaria, el presidente decidió acoger a los migrantes con visas humanitarias o pases que les permiten continuar su trayecto a Estados Unidos. Eso detonó, en mi opinión, la formación de las caravanas. Una especie de éxodo multitudinario para evitar ser deportados con facilidad. Detrás de eso, es muy seguro que opera la delincuencia organizada a veces embozada en organizaciones pro derechos humanos.

Esa política de facto para conceder asilo fue frenada por la advertencia de Donald Trump quien amenazó con imponer aranceles a los productos que México exporta a los Estados Unidos. En cambio, México se comprometió a frenar las caravanas con la presencia de miles de elementos de la Guardia Nacional. Trump presumía en sus discursos que su “amigo” el presidente de México habría enviado unos 27 mil elementos para resguardar la frontera. Para qué esperar a perseguirlos en la extensa frontera norte si México podía frenarlos desde el sur.

TERCER PAÍS SEGURO

Eso convirtió -de facto a México en un “tercer país seguro”. Figura que en las convenciones internacionales compromete a un país a alojar a los migrantes. Por eso miles acampan en los limites de la frontera norte hasta llegar a la desesperación sabedores de que nunca obtendrán las deseadas visas humanitarias. Todos esos cientos de miles de haitianos, cubanos, centroamericanos y hasta africanos buscaran ahora trabajo en México con las consecuencias que todo ello implica. Tampoco pareció tener éxito la generosa aportación en millones de dólares del gobierno de México a Centroamérica.

EL TRÁFICO ILEGAL

El trágico y fatal accidente que atrajo recientemente a Chiapas a los medios nacionales e internacionales refleja solo parte de las consecuencias que padecen los migrantes transportados en condiciones infrahumanas. Se ha anunciado que el hecho no quedara impune. ¿Apresaran y sancionaran entonces a personas como los chivos expiatorios que son tan solo el último eslabón del tráfico de personas? ¿O irán detrás del negocio orquestado con jugosas ganancias por las bandas delictivas internacionales? No bastara con eso. Hay que desactivar y erradicar con la cooperación internacional toda la estructura delictiva. Modificar y precisar de una vez por todas cuál será la política de México en materia migratoria para no seguir dando palos de ciego.

VISAS DE TRABAJO

Me ha tocado sugerir en diversos foros nacionales e internacionales que debe haber un flujo ordenado de trabajadores con visas laborales en función de la oferta y la demanda en las cadenas de producción del mercado americano. Poder ir y venir sin abandonar el país y perder el arraigo. Que puedan adquirir la ciudadanía si lo desean mediante un proceso legal si comprueban un modo honesto de vivir. Que no necesariamente los hijos de esos migrantes adquieran la nacionalidad norteamericana que es parte del problema que ahora padecen los llamados dreamers cuyos padres siguen siendo ilegales, aunque tengan muchos años viviendo en los EU. Así funcionan por ejemplo las visas de trabajo en Canadá o Alaska, pero también en Chiapas para la pisca del café desde hace décadas.

DESARROLLAR LA REGIÓN

Otra estrategia que se intentó en el pasado fue el llamado Plan Puebla Panamá con el objeto de integrar comercialmente y mediante inversiones en infraestructura al sur de México con la región centroamericana. El potencial es enorme más allá de lo que podemos imaginar, pero no existe un impulso ni estímulos para tal objetivo. Chiapas puede ser la sede de plantas productivas para las importaciones que ya existen de México a Centroamérica, pero necesita desarrollar su infraestructura logística. Centroamérica tiene empresas importantes y exitosas que pueden invertir en el sur de nuestro país. Yo que he estado en varios países centroamericanos como Guatemala, Honduras, El Salvador y Costa Rica he tenido la oportunidad de ver de cerca ese potencial. Pero aquí nos pasa como la canción de La jaula de Oro que interpretaba Pedro Infante. Ellos pa arriba voltean muy poco y nosotros pa abajo no sabemos mirar. No bastan declaraciones ni buenas intenciones. Hay que trabajar en serio y desde diferentes perspectivas. He ahí, el dilema…

A ESTRIBOR
Juan Carlos Cal y Mayor | @jccalymayor

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