El resguardo y la entrega de vacunas contra Covid-19 ha tenido diversas irregularidades, como incongruencia en el número de dosis que entraron y salieron de almacenes, falta de información sobre personas vacunables y vacunadas e inconsistencias en datos de distribución, aseguró la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en su tercera entrega de la revisión a la Cuenta Pública 2020.
En las auditorías de cumplimiento realizadas al Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia (CeNSIA) y a la Secretaría de Salud (SS), la ASF determinó una promoción de responsabilidad administrativa y sancionatoria y 22 recomendaciones por las siguientes irregularidades:
“Respecto del almacenamiento de la vacuna Pfizer, se observaron diferencias en el registro del número de dosis de las entradas y salidas en el almacén del Instituto Nacional de Cancerología que fue el encargado de resguardar las dosis de la vacuna, y por otra parte, de la vacuna AstraZeneca existen diferencias en los números de dosis y de lote de la vacuna, al comparar la información proporcionada por el CeNSIA contra la de la COFEPRIS”, señaló la ASF en su auditoría 237-DS.
Y agrega: “Respecto de la distribución de las dosis de vacuna a las entidades federativas, existen incongruencias entre la información proporcionada por 10 Coordinadores de la Brigada Especial Estatales (Aguascalientes, Baja California Sur, Ciudad de México, Coahuila, Chiapas, Guerrero, Jalisco, Oaxaca, Puebla y Sonora), en el registro del ingreso de lotes de dosis de la vacuna, ya que se reportan cantidades de más, de menos, o sin registrar, conforme a lo distribuido por BIRMEX”.
La ASF también identificó debilidades en la normativa para regular la adquisición, recepción, almacenaje, traslado y distribución de vacunas contra Covid-19 “toda vez que en la Estrategia Operativa de la Política Nacional de Vacunación (…) no está considerada la participación de los Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México, S.A. de C.V., del Instituto Nacional de Cancerología, y del Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos, los cuales, en el ámbito de sus atribuciones, participan de forma activa en el almacenamiento, transporte y distribución de vacunas a las entidades federativas para su aplicación”.
La auditoría 1524-DS estableció que a pesar de que en dicha estrategia se incluía al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), este no participó en la logística para el transporte y resguardo de vacunas.
La ASF también detectó inconsistencias en el manejo de datos. La Secretaría del Bienestar “no proporcionó documentación del sistema de información, gestión y resguardo de censos de la población general de la que es responsable”. Además de que ni la Secretaría de Salud ni el CeNSIA contaron con información completa, actualizada y confiable en sus sistemas sobre total de vacunas recibidas y distribuídas, “por lo que no es posible asegurar la integridad y disponibilidad de la información de las personas vacunables y vacunadas”.
Con información de Ana Lucía Hernández | Latinus