Al medio día de este viernes 21 de enero, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ingresó al Hospital Central Militar donde fue sometido a un cateterismo cardiaco. La zona de cardiológica de dicho nosocomio fue cerrada exclusivamente para el presidente, como al viejo régimen.
Por la tarde de ese mismo viernes, medios locales, afirmaron que una camioneta blanca ingresó por la entrada que solo usa el presidente en Palacio Nacional y justamente, este sábado 22 de enero, López Obrador vía redes sociales afirmó que se encuentra estable, ya en Palacio y que habrá presidente para un buen rato.
El titular de la Secretaría de Gobernación, Adán Augusto, comunicó la tarde del viernes que el procedimiento que le dieron al presiente tuvo un buen resultado.
“Se encontraron el corazón y las arterias del señor presidente sanos y funcionando adecuadamente. No fue necesario realizar ningún otro tipo de intervención. El presidente se encuentra en perfecto estado de salud y seguramente el sábado reanudará sus actividades con normalidad”, informó el titular de Gobernación.
El ingreso al Hospital Central Militar y el cierre exclusivo de la zona de cardiológica para López Obrador causó molestia e indignación en redes sociales, pues los nosocomios públicos como el IMSS ( Instituto Mexicano del Seguro Social) o el ISSSTE (Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado), sufren un déficit en este servicio: sin medicamentos, saturaciones, sin equipamiento médico adecuado, con citas prolongadas hasta meses de lo solicitado, largas filas para realizarse pruebas rápidas Covid-19 y nula acción para tratar otras patologías.
Muchos usuarios etiquetaron a Andrés Manuel, “como neoliberal”, “fifí” y repudiaron esta acción al no predicar con ejemplo, pues muchos mexicanos esperan meses o para su mala suerte… años, para ser atendidos en hospitales públicos al mando del gobierno.