EFE .- El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, instó al partido único del país a implementar una nueva “Ardua Marcha”, la misma campaña a la que apeló el régimen de Pionyiang durante la hambruna de los años noventa del siglo pasado, ante las dificultades económicas que atraviesa el país, cercado por las sanciones de otras naciones y la pandemia del coronavirus.
En un discurso transmitido este jueves por la agencia KCNA y ante los principales líderes del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte, Kim Jong-un invitó a sus aliados nacionales a llevar a cabo “otra nueva y más difícil marcha para aliviar las dificultades del país y procurar óptimos beneficios materiales y culturales para el pueblo norcoreano”.
“Existen muchos obstáculos y dificultades en nuestro camino. Por ello, nuestro esfuerzo a la hora de hacer realidad las decisiones del octavo congreso del partido no va a ser siempre un plácido viaje”, advirtió Kim.
La “Ardua Marcha” fue una campaña de propaganda iniciada en 1993, con la que se instó a los norcoreanos a inspirarse en los estragos que padeció supuestamente el fundador del país, Kim Il-sung (abuelo del actual líder), en su lucha contra la colonización japonesa, para hacer frente a una hambruna que pudo causar hasta 3 millones de muertos.
En el congreso del Partido de los Trabajadores celebrado en enero, Kim Jong-un admitió que Corea del Norte pasa por sus “peores días” en referencia a la crisis generada por las sanciones que le aplican como castigo por sus programas de armas.
La situación se complica por los estragos de la pandemia de la Covid-19 en el país, que cerró por completo sus fronteras en enero de 2020, impidiendo la entrada de turistas y de inversión extranjera. Los exhaustivos controles fronterizos eliminaron casi en su totalidad los intercambios comerciales con China desde octubre, según datos aduaneros de Pekín.
Corea del Norte obtiene el 90% de sus importaciones de China. Sin embargo, medios con contactos dentro del país asiático informaron de la escasez de productos básicos, como comida y medicinas.
La situación de aislamiento extremo también forzó a muchos diplomáticos y trabajadores tanto de organismos internacionales como de ONG’s a abandonar el país, donde prácticamente no quedan observadores ajenos al régimen.
En su último informe a la Organización Mundial de la Salud (OMS), enviado a finales de marzo, Corea del Norte aseguró que había hecho pruebas a 22 mil 389 personas, sin haber detectado un solo positivo a coronavirus.