Se estima que unos dos mil 507 niños, niñas y adolescentes, la mayoría de pueblos originarios de San Cristóbal de Las Casas y zonas cercanas de los Altos de Chiapas, se encuentran en riesgo de ser víctimas de reclutamiento forzado por parte del crimen organizado y las pandillas, revelaron este viernes activistas, defensores de derechos humanos e investigadores al presentar el informe de 131 páginas “Niñeces frente a las violencias criminales en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas”.
Jennifer Haza Gutiérrez, directora de la organización Melel Xojobal, dedicada desde hace más de 27 años a la defensa de la niñez y adolescencia de indígenas en la ciudad, junto a Violeta Galicia, de la Red por los Derechos de las Infancias y Adolescencias en Chiapas (Redias), y los investigadores Alberto Hidalgo (consultor del informe) y Angélica Evangelista (El Colegio de la Frontera Sur), presentaron distintas aristas del documento de recién publicación.
Alertaron que, una vez dentro de los grupos criminales, los adolescentes pueden tener diferentes tareas: realizar mandados, vender y transportar drogas, reclutar a otros jóvenes, realizar labores de vigilancia o coyotaje y, en el caso de las mujeres, participar en actividades de limpieza, como meseras de bares, cantinas o ser víctimas de explotación sexual.
De la misma manera, se les obliga a participar en enfrentamientos contra grupos rivales, así como realizar acciones de pandillerismo o sicariato. Es común que las niñas, niños y adolescentes que son parte de estos grupos sean utilizados para actividades de alto riesgo que ponen en peligro su vida e integridad o que podrían llevar a su detención.
Esto responde a la lógica de que son vistos como piezas prescindibles que pueden ser fácilmente reemplazadas.
Jóvenes reclutados tienen entre 15 y 21 años
Señalaron que los jóvenes enganchados en San Cristóbal tienen un promedio de edad entre los 15 y 21 años, y en su mayoría son tsotsiles o tseltales. A nivel local se ha acuñado el término “motonetos” para referirse a los varones que forman parte de las pandillas, por el uso de motocicletas para trasladarse.
Sin embargo, este concepto se usa de forma despectiva y constituye una forma de criminalización de las juventudes de los pueblos originarios y de todo aquel joven que se desplaza en moto; además, simplifica la complejidad del fenómeno y el contexto de violencia estructural y discriminación histórica hacia esta población.
Y que, el enganche no es la primera violencia que viven estos jóvenes. Es solo una de las más visibles en un continuo de violencias que enfrentan a lo largo de su vida: desde la violencia familiar, que es el delito más común en Chiapas, hasta la desaparición y el homicidio.
“Lo aquí compartido es una aproximación elaborada a partir de datos oficiales, de diálogos y espacios de análisis con otras organizaciones de sociedad civil y de derechos humanos en Chiapas, de testimonios y pláticas con niñas, niños y adolescentes trabajadores y sus familias, de entrevistas a representantes de instituciones de gobierno y centros escolares y de encuentros con colectivos y colonias organizadas en la ciudad”, dijo Haza Gutiérrez.
Explicó que a partir de la documentación de casos y el análisis de datos “podemos afirmar que todas las violencias contra niñas, niños y adolescentes han ido en aumento en Chiapas y en San Cristóbal de Las Casas como consecuencia del empobrecimiento y desigualdad que se agudizaron con la pandemia, y también del crecimiento de las diversas economías criminales y grupos armados que cada día fortalecen su poder y control territorial en la región sureste del país, con la omisión y complicidad de diversas autoridades y del Estado mexicano en su conjunto”.
Estudio pionero sobre la violencia contra niños en Chiapas. Por parte de REDIAS se abordaron los distintos usos a los que organizaciones, colectivos e individuos pueden darle al documento. Las perspectivas que aborda el documento siendo pionero en el retrato de la violencia en el sector de niñas y niños en Chiapas.
“Rara vez se habla como tal de las niñas, niños y adolescentes, se hace mención a la problemática de violencia desde una forma integral. Sin duda no es la primera vez que se menciona que Chiapas tiene un carácter geoestratégico, pero cómo este carácter afecta a la vida de NNA y en un municipio en concreto. (…)
“Considero que es la primera descripción que se ha dado del fenómeno del reclutamiento por grupos criminales a niñez y adolescencia. Haciendo un análisis histórico recordando cómo era el enganche en las fincas, hace este símil con lo que sucede actualmente. Por otro lado, permite caracterizar este fenómeno de reclutamiento en el contexto de violencia…”
“El principal uso o el más evidente de este informe es el de acceder de manera sencilla a datos sobre la violencia hacía NNA, que además está desagregada por sexo, grupo etario, por identidad o etnicidad, y que permite visibilizar como afecta esta violencia de forma diferenciada según la característica especifica.”
Información: Isaín Mandujano.