La percepción de inseguridad de los mexicanos subió ligeramente a 62.3% en el segundo trimestre de 2023 en medio de ataques del crimen organizado de alto perfil, informó este miércoles el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Esto significa que más de 6 de cada 10 habitantes de 18 años y más consideraron inseguro vivir en su ciudad, según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del Inegi.
“No representa un cambio estadísticamente significativo con relación al porcentaje registrado en marzo de 2023 (62.1%). No obstante, sí representa un cambio estadísticamente significativo con respecto a junio de 2022, que fue 67.4%”, apuntó el instituto autónomo en su reporte.
La estadística exhibió una creciente brecha de género, con el 68.6% de mujeres que reportaron inseguridad frente al 54.8% de los hombres.
La ciudad con mayor percepción de inseguridad fue Fresnillo, en el céntrico estado de Zacatecas, donde 92.8% de sus habitantes reportaron este sentimiento en medio de las masacres que ahí comete el crimen organizado.
Le siguen Zacatecas (91.7%), Ciudad Obregón (90.3%), Ecatepec (87.6%), Irapuato (87.3%) y Naucalpan (87.2%).
En contraste, la ciudad menos insegura fue San Pedro Garza García, municipio del norteño estado de Nuevo León, considerado el más rico del país, donde solo 13.2% de la población reportó inseguridad.
Le siguieron la alcaldía Benito Juárez, demarcación interna de Ciudad de México (19.8%), Piedras Negras (20%), Cuajimalpa (20.4%), Saltillo (22.2%), y Tampico (23%).
En cuanto a espacios físicos específicos, 73% de la población manifestó sentirse insegura en los cajeros automáticos, el 65.5% en el transporte público, el 57.3% en el banco, y el 54.4% en las calles que habitualmente usa.
La población que reportó haber atestiguado conductas delictivas en los alrededores de su vivienda se relacionó con consumo de alcohol en las calles (61.5%), robos o asaltos (51.7%), venta o consumo de drogas (40.3%), vandalismo (39.9%) y disparos con armas (36.5%).
También denunciaron bandas violentas o pandillerismo (24.9%), tomas irregulares de luz (14%) y robo o venta ilegal de gasolina o diésel, lo que en México se llama “huachicol” (3.4%).