EN LA MIRA
Hector Estrada
Este domingo Aremi Fuentes Zavala se convirtió en la primera medallista olímpica nacida en el estado de Chiapas. Sin embargo, lo que debió ser un absoluto festejo por la primera gran gloria olímpica de la entidad, terminó empañada por la controversia, el oportunismo, las críticas y las lamentaciones debido a las circunstancias en las que la atleta realizó su preparación los últimos nueve años, lejos de su tierra natal y bajo las siglas de otra entidad que arropó sus sueños.
Aremi Fuentes es el ejemplo más claro de la determinación y la disciplina en una atleta para buscar y alcanzar el éxito, pese a todas las adversidades o circunstancias. Pero también, es el ejemplo más evidente del deficiente sistema mexicano de preparación y acompañamiento a los deportistas de alto rendimiento, lleno de corrupción, burocracia y caprichos temporales de funcionarios o gobiernos indiferentes.
Fuentes Zavala nació en Tonalá, Chiapas, y desde muy pequeña mostró interés por el deporte. A los 12 años (en 2005), como parte del programa de visorias realizada por la Secretaría del Deporte del estado de Chiapas, fue incorporada al programa de “Villa Juvenil” donde vivió por mucho tiempo. Ahí su talento fue reencausado. Y es que, aunque al principio Aremi mostraba interés por el atletismo, por sus capacidades y aptitudes, los entrenadores encausaron a la tonalteca hacia la halterofilia.
Así comenzó su preparación en el levantamiento de pesas, dentro del grupo de promesas del deporte de Chiapas, junto a su entrenador, el cubano Roberto Moreno. Aremi de inmediato mostró su potencial. Durante más de seis años representó a la entidad chiapaneca (primero en atletismo y luego en halterofilia) dentro de las olimpiadas nacionales y justas de su especialidad.
Hizo historia en Juegos de la Juventud Singapur 2010 al convertirse en la primera mujer en darle una presea a México en halterofilia dentro de esa justa. Así llegó a los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 donde se alzó con la medalla de bronce, dándole a Chiapas una de sus más grandes glorias dentro de la justa continental. Aremi ya era una atleta de élite a nivel nacional.
Sin embargo, lo impensable ocurrió con la llegada del “gobierno verde” de Manuel Velasco Coello. En 2012, tras separarse abruptamente de su entrenador Roberto Moreno por problemas personales, Aremi Fuentes perdió el apoyo de la entonces Secretaría de la Juventud Recreación y Deporte, a cargo de Carlos Arturo Penagos Vargas. La atleta chiapaneca y las autoridades estatales rompieron relaciones, dejándola a la deriva.
Fue entonces cuando las autoridades deportivas de Baja California le hicieron la invitación para seguir su preparación en Mexicali a cambio de representar las siglas de aquella entidad. Aremi ya era una medallista panamericana y Baja California tenía una de las mejores escuelas de halterofilia en el país. No había mucho que pensar para ambas partes, pese al dolor de Fuentes Zavala por dejar a su familia en Chiapas para perseguir sus sueños.
La indiferencia del turbio “gobierno verde” terminó alejando a Aremi de Chiapas. La dejaron sola y arrebataron toda posibilidad de disfrutar de su gloria en la tierra que la vio nacer, por razones que resultan incomprensibles. Y como siempre, poco se dijo de lo sucedido. Solamente algunos periodistas deportivos se animaron a exponer tan lamentable y escandaloso caso.
Así fue como Aremi Fuentes continuó su preparación en Mexicali, representando a Baja California, donde la arroparon y debía concluir su compromiso olímpico. Fue al Campeonato Mundial de Halterofilia, ganadora de la medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, medalla de plata en Lima 2019 y ahora medallista olímpica de bronce en Tokio 2020. La tonalteca se convirtió este domingo 1 de agosto en la tercera medalla para México en japón y la cuarta medalla nacional dentro de la halterofilia femenil en la historia de los juegos olímpicos.
A Aremi le fallaron las autoridades deportivas de Chiapas, pero también el deficiente sistema nacional de acompañamiento a atletas de alto rendimiento. Y es que deportistas como Aremi Fuentes no deberían estar “mendigando” nunca el apoyo de gobiernos estatales caprichosos e indiferentes, cuando traen a cuestas resultados tangibles. ¿Dónde estaba la Conade en 2012 para arropar a la medallista panamericana con su preparación olímpica? ¿Dónde estaban los grandes presupuestos federales o los centros de alto rendimiento para circunstancias como estas?
Aremi Fuentes ha dejado constancia con su esfuerzo determinante que los atletas están solos en México a la espera de la “mala o buena voluntad” de los gobiernos estatales. La chiapaneca es ejemplo de la ineficiencia institucional en el deporte, de las carencias y las adversidades para los atletas, pero también de la determinación, el aplomo y la convicción de lograr sus sueños. Aremi ya es histórica, es de bronce olímpico y en Chiapas no podemos más que sentirnos orgullosos de su gloria y su ejemplo, más allá de las fronteras estatales. ¡Felicidades Aremi!.. así las cosas.
EN LA MIRA
Hector Estrada | @HectorEstradamx