Segundo debate republicano gira otra vez en torno a la ausencia de Trump

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Los rivales de Donald Trump lo atacaron en reiteradas oportunidades el miércoles durante el segundo debate entre aspirantes a la nominación presidencial del Partido Republicano, en el que arremetieron contra el expresidente por ausentarse del evento mientras intentan reducir su ventaja de cara a las elecciones primarias.

“Debería estar en este escenario esta noche”, dijo el gobernador de Florida, Ron DeSantis, quien intenta establecerse como la principal alternativa a Trump a pesar de sus recientes problemas para distanciarse del resto de los aspirantes. “Les debe una explicación del porqué se añadieron 7.8 billones de dólares a la deuda. Eso abrió la puerta a la inflación que tenemos actualmente”.

Siete precandidatos presidenciales del Partido Republicano se midieron en la Biblioteca Presidencial Ronald Reagan en el evento organizado por Fox Business NetworkTrump, en cambio, viajó a Michigan, donde pronunció un discurso que continuó después del principio del debate, en un intento de sacar provecho a la huelga del sindicato United Auto Workers y de atraer a los obreros sindicalizados en un estado crucial que podría ayudar a decidir la elección general.

El debate se realizó en un momento crítico en la campaña del Partido Republicano, a menos de cuatro meses de que las asambleas partidarias de Iowa den inicio formal al proceso de nominación presidencial. Trump ha mantenido ventaja sobre sus rivales al interior del partido, incluso mientras enfrenta una larga serie de vulnerabilidades, como cuatro acusaciones penales que incluyen la posibilidad de pasar décadas en prisión.

Varios de los presentes en el escenario criticaron a Trump por su ausencia, a diferencia del primer debate, al que el expresidente tampoco asistió. Apenas unos minutos después del inicio del evento, DeSantis dijo que el presidente Joe Biden “estaba completamente perdido a la hora de ser líder. ¿Y saben quién también está perdido? Donald Trump está perdido”.

El exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie, quien ha basado su campaña en las críticas a Trump, dijo que el exmandatario “se oculta detrás de los muros de sus clubes de golf y no se presenta aquí a responder preguntas, como el resto de nosotros que estamos aquí para dar la cara”.

En tanto, Trump apenas mencionó el debate durante su prolongado discurso, generando abucheos cuando señaló: “Estamos compitiendo con los candidatos al puesto”, burlándose de ellos por no atraer a multitudes tan grandes como él. A los competidores del expresidente se les acaba el tiempo para reducir distancias, lo que incrementa la sensación de urgencia entre algunos de ellos para tomar una acción más directa en su contra ante millones de espectadores.

Eso podría ser mucho pedir. Incluso horas antes del inicio del evento en Simi Valley, a unos 64 kilómetros al noroeste del centro de Los Ángeles, el primer grupo de simpatizantes de cualquier campaña llegó al lugar ondeando banderas de Trump y colocando una pancarta con la leyenda: “Trump, nuestra última esperanza para Estados Unidos y el mundo”.

Eso expuso la continua influencia del expresidente en un debate al que no asiste. Trump tampoco asistió al primer debate el mes pasado en Milwaukee, en donde los participantes intercambiaron ataques, pero en el que la mayoría de ellos se abstuvo de criticar a Trump. No fue el caso en esta ocasión.

“Donald, sé que estás viendo. No lo puedes evitar”, dijo Christie. “Estás evadiendo estas cosas”.

El exvicepresidente Mike Pence se refirió de forma desdeñosa a Trump como “mi excompañero de fórmula”.

Nikki Haley, exgobernadora de Carolina del Sur y exembajadora ante Naciones Unidas, atrajo grandes multitudes y nuevo interés después de su desempeño en el primer debate. Tal como lo hizo en Milwaukee, intentó buscar una pelea con el emprendedor Vivek Ramaswamy por su uso de TikTok, una plataforma de redes sociales de propiedad china.

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