Reuters.- El incendio en una estación migratoria mexicana en el que murieron decenas de personas ha desatado recriminaciones dentro y fuera del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, poniendo de manifiesto las tensiones existentes en su partido de cara a las elecciones presidenciales del próximo año.
39 personas murieron en el centro situado en la fronteriza Ciudad Juárez, frente a El Paso (Texas). En un principio, López Obrador dijo que el incendio había sido provocado por migrantes detenidos que protestaban por su inminente deportación.
Un video difundido en redes sociales en el que supuestamente se ve el incendio suscitó airadas preguntas sobre por qué los hombres, en su mayoría migrantes centroamericanos, habían quedado atrapados en el interior mientras las autoridades afirmaban haber evacuado a todas las mujeres de su sección.
El video de 30 segundos, que según el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, provenía del gobierno de Chihuahua, muestra a funcionarios uniformados pasando por delante de una celda cerrada con llave mientras los hombres intentan salir cuando las llamas empiezan a devorar la habitación.
“Todo el gobierno tiene la culpa”, dijo Rosa María González, diputada de la oposición que preside la Comisión de Migración de la Cámara Baja. Ella calificó como un “crimen” el no intervenir mientras los migrantes se veían envueltos en humo y llamas.
Los críticos instaron al conisionado del Instituto Nacional de Migración (INM) a dimitir. Altos cargos gubernamentales que compiten por suceder a López Obrador se enzarzaron en debates sobre dónde recaía la responsabilidad.
El presidente prometió castigar a los responsables de las muertes, pero el miércoles acusó a los medios de “sensacionalismo” y de “traficar con el dolor humano”.
López Obrador ha capeado crisis anteriores, soportando caídas temporales en su popularidad, que sigue siendo mucho más fuerte que la de la mayoría de los líderes de las principales economías del mundo.
Una encuesta diaria de Consulta Mitofsky mostró el miércoles que su índice de aprobación había caído durante la noche a su nivel más bajo en dos meses, pero se mantuvo por encima del 60%.
Los presidentes mexicanos tienen un único mandato de seis años. El sucesor de López Obrador será elegido en junio de 2024, y quienquiera que se convierta en el candidato de su partido apunta a tomarle la posta.
Abandonado al fuego
Las instalaciones siniestradas pertenecen al INM, dependiente de la Secretaría de Gobernación, y el incendio se desató mientras México lucha por hacer frente a los niveles récord de cruces de migrantes hacia Estados Unidos.
Sin embargo, en una entrevista a una radio local el martes, el secretario de Gobernación, uno de los principales aspirantes presidenciales del gobernante Movimiento Regeneración Nacional (Morena), dijo que él “no es el encargado de operar el sistema migratorio”.
“Hay un acuerdo dentro del gobierno y es Marcelo (Ebrard), el secretario de Relaciones Exteriores, quien se encarga del tema migratorio”, explicó Adán Augusto López a Radio Fórmula, antes de agregar que el asunto implicaba “responsabilidades compartidas”.
Posteriormente, Ebrard, otro de los favoritos para hacerse con la candidatura de Morena, aseguró en Twitter que dejaba de lado “cualquier consideración de índole política para otros momentos” y exhortó a que “cada cual debe hacer lo que le corresponde”.
Describiendo los comentarios como un “juego de culpas” entre López y Ebrard, el exsubsecretario de Relaciones Exteriores de México, Andrés Rozental, dijo que mientras la Cancillería sí supervisaba las discusiones internacionales sobre política migratoria, la Secretaría de Gobernación y el INM “siempre” habían estado a cargo de los centros de retención nacionales.
El gobierno de El Salvador, miembros del Congreso de Estados Unidos e incluso exlegisladores de Morena fueron algunos de los que condenaron el fracaso de las autoridades migratorias para salvar a los migrantes atrapados.
Gabriela Cuevas, exdiputada de Morena, comparó el incendio de Ciudad Juárez con los 72 migrantes asesinados en 2010 por pistoleros de cárteles de la droga en San Fernando, en Tamaulipas.
“En San Fernando, los criminales acribillaron a balazos a los migrantes, en Ciudad Juárez, los funcionarios del gobierno los abandonaron al fuego”, escribió en el diario El Economista.
