Alfonso Esparza rinde su último informe de labores como rector de la BUAP

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Después de ocho años de trabajo el doctor Alfonso Esparza Ortiz rindió en sesión solemne del Consejo Universitario su Cuarto, y último, Infome de Labores, 2017-2021.

“A 102 de meses de que asumí esta posición puedo asegurar a la comunidad universitaria que juntos lo conseguimos. Aún con las vicisitudes que nos encontramos en el camino, como la pandemia por COVID-19, alcanzamos el objetivo de construir una mejor BUAP”, expresó.

Esparza Ortiz agradeció a la comunidad universitaria el apoyo durante su gestión y aprovechó para dar la bienvenida a la rectora Lilia Cedillo Ramírez, quien abre una nueva etapa en la historia de la BUAP, al ser la primera mujer en dirigir el destino de la Institución.

Entre los principales logros de su periodo, destacó un crecimiento de 60 por ciento de la planta física, en poco más de ocho años de trabajo, lo que se traduce en 128 nuevos edificios para las tareas sustantivas de estudiantes, docentes y personal administrativo. Estos nuevos espacios permitieron un crecimiento en la matrícula, así como en la oferta académica, al crearse 82 programas que se abrieron en nuevas sedes regionales. Actualmente, la universidad cuenta con al menos una preparatoria en 27 municipios del interior del estado.

Agradeció de forma especial al personal de salud que trabajó de manera incansable desde que inició la pandemia. Al respecto, recordó que se crearon áreas especiales en el Hospital Universitario de Puebla para atender a pacientes con enfermedades respiratorias agudas. De igual forma se inauguró el Hospital Infantil y se instalaron 80 consultorios en la Torre Médica.

En cuanto a investigación se instalaron y equiparon con tecnología de punta 36 laboratorios, donde se pueden llevar a cabo actividades sustantivas para el desarrollo tecnológico y de innovación.

También, dijo, se impulsó la acreditación de los programas educativos y de posgrado, lo que representa que 73 por ciento de ellos estén reconocidos como de calidad.

Otro de los logros que se atribuyó fue la vinculación entre la universidad y la sociedad, gracias a programas específicos como las campañas de alfabetización. En un contexto de pandemia, la Universidad también apoyó a los estudiantes y docentes con capacitación y el préstamo de 6 mil equipos de cómputo para que pudieran realizar sus actividades virtuales.

“Hoy en día, pertenecer a la BUAP es sinónimo de orgullo, pues se consolida como una universidad más fuerte, eficiente, moderna y reconocida. En suma, a una de las más importantes del país y de Latinoamérica. Dejamos como legado una Instituición con calidad académica, transparente, con salud y solidez financiera, con los fondos necesarios para que inicie con fortaleza una nueva rectoría. Nuestro legado es el de una BUAP más incluyente. Convencida de que los esfuerzos que se realizaron para erradicar las desigualdades y la violencia de género son de las mejores decisiones que hemos tomado en nuestra historia”, finalizó.

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