La presencia mayoritaria de funcionarios federales, gobernadores, legisladores federales y locales de la llamada Cuarta Transformación en el diálogo nacional sobre la reforma judicial parecía una convocatoria adelantada a la ceremonia del cambio de poderes en Puebla, o bien, un cónclave de expriistas.
En este foro, se cambió el formato sin consultar a la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, al incluir preguntas de los asistentes a los ponentes, luego de que la senadora Ernestina Godoy se pronunciara a favor de ese esquema.
El acto inaugural del sexto diálogo sobre la reforma judicial fue organizado por Ignacio Mier Velazco, coordinador de Morena y expriista desde los tiempos de Manuel Bartlett, quien no acudió fue Ricardo Monreal.
El zacatecano, coordinador de Morena en el Senado, y también exintegrante del tricolor, es quien ha llevado la línea presidencial en los foros anteriores, aunque esta vez envió al senador Navor Alberto Rojas Mancera, como su representante.
Rojas Mancera es originario de Puebla y cercano al también expriista Julio Menchaca, gobernador de Hidalgo con las siglas de Morena, a quien relevó en su escaño en el Senado.
Para presidir el acto inaugural acudió el gobernador saliente, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, priista de 1986 al 2018, cuando se fue a Movimiento Ciudadano hasta el 2021 y desde ese año, es morenista.
“Tendremos la oportunidad de modernizar, depurar y consolidar un Poder Judicial con pleno respeto a la voluntad popular”, dijo Céspedes Peregrina.
En su turno, Alejandro Armenta Mier, gobernador electo de Puebla, recordó que antes del triunfo de Andrés Manuel López Obrador, “había un presidencialismo abusivo, excesivo y corrupto” que resolvía en Los Pinos.
“El anhelo social es tener gobernadores y juzgadores justos y legisladores que legislen para el pueblo, con poderes públicos que le sirvan a la patria”, dijo vehemente Armenta Mier, quien se afilió al PRI en 1985 cuando el presidente era Miguel de la Madrid y se fue a Morena en el 2017, siendo jefe del Ejecutivo federal Enrique Peña Nieto.
Cuando Armenta Mier regresó a su lugar apoyado en sus muletas luego de una cirugía en el pie derecho, Ignacio Mier Velazco, su primo, intentó ayudarlo, aunque reaccionó tarde.
Sentados ya hombro con hombro, todo quedó en sonrisas y palmaditas de afecto entre ambos en los brazos, tras consumarse el logro de Armenta por la candidatura a la gubernatura de Puebla.
Hubo un receso para que se despidieran los gobernadores saliente y entrante, por lo que el lugar quedó con varias sillas vacías que ya nadie ocupó en el resto del foro.
