Cientos de migrantes procedentes de diferentes países de Latinoamérica, y que están intentando llegar a Estados Unidos, se han quedado varados en los patios de maniobras de la empresa Ferromex en espera de seguir su camino hacia el país del norte.
Torreón es una de las ciudades de México en las que cientos de migrantes tienen más de una semana estancados en su trayectoria rumbo a Estados Unidos. Las ciudades colindantes, como Gómez Palacio y Lerdo, en Durango, también han visto por sus calles caminar a hombres, mujeres y niños que van en busca de los patios de maniobras de la empresa de Ferromex.
La presencia de los migrantes en las ciudades aledañas a las instalaciones de la empresa ha aumentado durante la semana, lo que los especialistas llaman crisis migratoria atípica, y ha causado molestias entre los vecinos de Torreón.
Los habitantes acusaron ante las autoridades municipales que los migrantes dejan en las calles y las afueras de sus domicilios una gran cantidad de basura; incluso algunos escribieron en su fachada con letras blancas y en mayúsculas: “No queremos migrantes”.
El padre Rafa López, párroco de la iglesia de Fátima, en la colonia Braulio Fernández (donde se encuentra Ferromex), y vocero de la Diócesis de Torreón, es quien se ha dado a la tarea de asistir con alimentos, ropa, productos de aseo personal y algunos juguetes a los niños que viajan con rumbo a Estados Unidos.
Asimismo, el padre Rafa acude hasta las vías del tren con la finalidad de orientar a los migrantes hacia el Centro de Día para Migrante “Jesús Torres”, ubicado en la colonia Las Julietas, lugar donde pueden encontrar comida.
Aproximadamente 500 personas se quedaron varadas este jueves a las orillas de las vías al intentar subir al tren que se dirigía a Ciudad Juárez, Chihuahua
