Opinión | No mires arriba, parodia del desastre

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A ESTRIBOR
Juan Carlos Cal y Mayor

La película recién estrenada en Netflix, “No mires arriba”, no es una sátira cinematográfica más para comer palomitas y pasar un rato entretenido. Más bien se trata de un humor negro que exalta la frivolidad con que abordamos la vida en estos tiempos de nuestra aldea global digital. A mí me pareció extraordinariamente realista. Una magistral sorna respecto de cómo nuestra especie camina a su autodestrucción. Un ejercicio para entender el comportamiento de las masas profundamente ignorantes, gregarias, ideologizadas y lobotomizadas.

LA ERA DIGITAL

Solo así es posible entender la fatiga mental que representa para las nuevas generaciones realizar cualquier ejercicio de análisis y comprensión por lo cual prefieren mensajes cortos para según ellos enterarse de todo lo que acontece en torno a sus temas de interés en cosa de minutos. Nadie se escapa, a menos de que sea un analfabeto digital, de ser “informado” a la velocidad de la luz. Los “hashtags” o etiquetas generan tendencias de opinión, los llamados trending topics, que se disparan por miles o millones y terminan por atrapar, aunque sea por curiosidad, nuestro interés. Así de fácil es darse cuenta de cuales son los temas que preocupan a nuestra sociedad.

LA CIVILIZACIÓN DEL ESPECTACULO

Y no, no es el cambio climático, ni la sobrepoblación, ni la escasez mundial de agua, ni la contaminación, la falta de educación o la irremediable extinción de especies endémicas. Su lugar lo ocupa la farándula, el entretenimiento o el morbo. Leonel Messi es más famoso que cualquiera de todos los científicos que trabajaron a sol y sombra para encontrar las vacunas que frenaran la pandemia y sus consecuencias fatales.

Por excepción nos manifestamos sensibles a las tragedias humanas, pero una nueva noticia sepulta a la otra y nos olvidamos del tema. Si nos muestran una masacre, un accidente fatal o a las victimas de un desastre natural, afloramos nuestra sensibilidad por breves instantes para luego dar vuelta a la página y ver como conseguimos boletos para ver antes que nadie el nuevo estreno mundial de Spiderman. Lo cierto es que hemos normalizado lo que era anormal en una sociedad cada vez más convulsa.

TEORÍAS CONSPIRATIVAS

Mientras la OMS ha hecho llamados advirtiendo sobre los riesgos de la pandemia, ahora con la variante Ómicron; no falta quien como Miguel Bose y sus millones de followers afirme que una élite ha creado el coronavirus como excusa para vacunar a la población mundial y poder así implantar a toda la humanidad “microchips o nanobots con el solo fin de controlarla”.

Basta con darse una vuelta por twitter o Facebook para ver las encarnizadas luchas, insultos, agresiones y descalificaciones en que se trenzan los usuarios como si fueran a perder la batalla ideológica del fin del mundo. De ahí las consecuencias que acentúan la polarización y la división social. Nada más sencillo para volvernos vulnerables. Nuestra falta de cohesión nos asemeja al pasado medieval. La razón no se fundamenta en argumentos, ni siquiera en el más elemental sentido común.

EL FENOMENO DE MASAS

Se trata de la fe fundada en la esperanza como un aliciente para la resignación en espera de un futuro mejor. Solo así es posible explicar fenómenos sociales como el fascismo, el nazismo o la santa inquisición que nos remontan a nuestro pasado más remoto salvaje y cavernario. Solo así se explica el surgimiento del populismo y los líderes carismáticos que van ganando terreno dentro de las democracias para luego destruirlas.

“No mires arriba” merece mandarse al espacio con una sonda espacial como un mensaje terrícola por si algún día seres inteligentes de otro planeta quieren saber quienes habitaron un planeta al que llamaban Tierra y porqué se extinguieron.

A ESTRIBOR
Juan Carlos Cal y Mayor | @jccalymayor

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